Sorteo del Mundial 2026: en qué consiste y qué países participan
¿Quién soy? Pues según mi pasaporte, soy Héctor Núñez y según lo vivido, soy periodista y marketero.
El FIFA World Cup 2026 (Mundial 2026) se prepara para marcar un antes y un después en la historia del fútbol. Con su expansión a 48 selecciones, el sorteo —esa ceremonia simbólica y determinante antes de que ruede un balón— adquiere una nueva dimensión. Aquí te explicamos cómo funciona el sorteo, cuál es el nuevo formato, qué equipos componen cada bombo y por qué este sorteo tiene un impacto enorme.
Cómo funciona el sorteo
Las selecciones clasificadas se reparten en cuatro bombos de 12 equipos cada uno. El criterio principal para definir los bombos es el ranking mundial de la FIFA (el ranking más reciente antes del sorteo), aunque en el caso de las sedes anfitrionas hay trato especial: van directamente al bombo 1.
En la ceremonia del sorteo, se extrae una “bola” por bombo y se asigna a cada grupo, de modo que cada grupo quede conformado por un equipo de cada bombo.
Existen reglas para asegurar un reparto geográfico equilibrado: por ejemplo, salvo en el caso de Europa (UEFA), no puede haber dos equipos de la misma confederación en un mismo grupo.
En 2026, además, las sedes anfitrionas tienen posiciones preasignadas: México, Canadá y Estados Unidos irán al Grupo A, Grupo B y Grupo D respectivamente.
El nuevo formato del Mundial 2026 y su impacto
El Mundial 2026 rompe con la tradición de 32 selecciones y amplía el torneo a 48 equipos. Habrá 12 grupos de 4 equipos (Grupos A a L).
La fase de grupos seguirá el patrón: un equipo por cada bombo en cada grupo. Esto garantiza diversidad: un equipo top, uno de nivel medio, uno intermedio/bajo y uno de los puestos más “modestos” o provenientes de repescas.
Gracias al formato expandido, más selecciones de continentes menos representados tienen la oportunidad de participar, lo que democratiza la competición y aumenta el alcance global del torneo.
El sorteo cobra más relevancia estratégica: los equipos (y sus aficionados) esperan —con nerviosismo— saber si caerán en un “grupo fácil”, un “grupo de la muerte” o un grupo equilibrado.
Este nuevo diseño amplía el espectáculo: más selecciones significa más historias, más rivales, más sorpresas, y un Mundial más inclusivo.
Bombos 2026: así están repartidos los equipos
| Bombo | Equipos |
|---|---|
| Bombo 1 | Canadá, México, Estados Unidos (anfitriones), España, Argentina, Francia, Inglaterra, Brasil, Portugal, Países Bajos, Bélgica, Alemania |
| Bombo 2 | Croacia, Marruecos, Colombia, Uruguay, Suiza, Japón, Senegal, Irán, Corea del Sur, Ecuador, Austria, Australia |
| Bombo 3 | Noruega, Panamá, Egipto, Argelia, Escocia, Paraguay, Túnez, Costa de Marfil, Uzbekistán, Catar, Arabia Saudí, Sudáfrica |
| Bombo 4 | Jordania, Cabo Verde, Ghana, Curazao, Haití, Nueva Zelanda, además de los cuatro clasificados mediante repescas europeas y dos plazas de repesca interconfederaciones |
Cada grupo del Mundial estará formado, por tanto, por un equipo de cada bombo, lo que mezcla jerarquías y procedencias en una misma fase de grupos.
Por qué este sorteo tiene un impacto mayor de lo habitual
Mayor diversidad continental: con 48 equipos, entran al torneo selecciones que antes apenas tenían opciones. Esto amplía el alcance global del torneo y permite que países menos tradicionales participen en la vitrina más grande del fútbol.
Equilibrio competitivo: el sistema de bombos evita que varios equipos potentes coincidan en el mismo grupo, o que haya grupos dominados por equipos de una sola confederación. Garantiza mezcla —top + medio + sorpresa— en cada grupo.
Expectativa e imprevisibilidad: los aficionados no saben qué les deparará el sorteo: un grupo sencillo, uno difícil, o un grupo con chances reales de sorpresa. Esto eleva dramatismo, debates y análisis incluso antes de que empiece el torneo.
Inclusión de ‘outsiders’ y posibles sorpresas: equipos de bombos 3 y 4 pueden dar la campanada; con muchos grupo, hay espacio para que selecciones modestas sueñen con avanzar.
En resumen, el sorteo de 2026 no es solo un trámite: es la primera gran señal de lo que puede ser un Mundial más amplio, diverso y competitivo.
Breve repaso histórico: sorteos pasados y momentos memorables
Aunque ahora el foco está en 2026, los sorteos de Mundiales anteriores han dejado huella por decisiones dramáticas, grupos de la muerte y sorpresas inolvidables. Algunos ejemplos:
En ediciones pasadas, equipos como Brasil, Alemania, Argentina, Italia o España generaron grandes expectativas al caer en bombos altos; sus grupos siempre fueron analizados con lupa por prensa y aficionados.
Hubo instancias donde selecciones consideradas débiles según el sorteo terminaron dando la campanada. Grupos con supuestos favoritos resultaron imprevisibles.
La ceremonia del sorteo en ediciones históricas ha estado cargada de emoción, celebridades, leyendas del fútbol… anticipando el espectáculo.
Estos precedentes muestran cómo, antes incluso del primer partido, el sorteo ya puede marcar la narrativa de un Mundial: quien sortea bien puede tener camino más despejado; quien sortea mal puede verse obligado a demostrar su valía desde el primer día.
Conclusión
El sorteo del Mundial 2026 —organizado por la FIFA— es un evento clave que combina aleatoriedad, estrategia y reglas bien pensadas. Gracias al nuevo formato de 48 equipos y a la estructura de cuatro bombos, cada concentración de selecciones garantiza una mezcla de nivel, continente y potencial de sorpresa.
Selecciones históricas como España, Brasil, Francia o Argentina comparten bombo con anfitriones como México, Estados Unidos o Canadá, mientras que selecciones menos conocidas tendrán su oportunidad desde bombos intermedios o bajos.
Para quienes siguen el fútbol, el sorteo ya no es solo una ceremonia: es el momento en que comienza la cuenta regresiva hacia el Mundial. Saber quiénes están en cada bombo, cómo se configura cada grupo y qué reglas condicionan los emparejamientos es tan importante como saber quién clasifica.
Con este contexto, el Mundial 2026 no solo se perfila como el torneo más grande jamás organizado, sino como uno de los más imprevisibles, igualados e inclusivos.
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