Denver iguala una eliminatoria que parecía perdida

Los Denver Nuggets, los vigentes campeones de la NBA, se han levantado de un 0-2 en contra, habiendo perdido los dos partidos en casa, para empatar la eliminatoria a los sorprendentes Minnesota Timberwolves, que se habían visto con un pie en las finales del Oeste pero que ahora tendrán que reponerse de dos derrotas duras que le han dejado muy tocados. Todo ello, con un Jokic recuperado para la causa y un Jamal Murray que al fin ha aparecido en la serie.

Nunca des por muerto al campeón

Pocos, muy pocos, esperaban la reacción que han tenido los Denver Nuggets en los dos partidos disputados en Minneapolis. Los Timberwolves habían asaltado dos veces el Ball Arena y estaban cerca de llegar a sus segundas finales de conferencia, las primeras en los últimos 20 años. Sin embargo, el aire ha cambiado y ahora vuelven a ser los vigentes campeones los favoritos para pasar a la siguiente ronda.

Se había visto a un Jamal Murray muy desdibujado en los dos primeros partidos, a un Jokic al que le costaba generar ante las torres de los Timberwolves y a un equipo, los Nuggets, cansados en el tramo final de la presente campaña. Pero como si hubiesen sesteado para meter el zarpazo cuando nadie se lo esperaba, los de Mike Malone se han repuesto de todas sus heridas para volver a empatar la eliminatoria.

Hablar de estos Denver Nuggets es hacerlo indudablemente de Nikola Jokic. En los cuatro partidos que ha disputado ante los Wolves, el pívot serbio, el 3 veces mejor jugador de la temporada y vigente MVP de las finales, está promediando 26.75 puntos de media, 11.25 rebotes y 8.25 asistencias.

Una de las grandes diferencias entre los partidos perdidos y los ganados es Jamal Murray. Si ha promediado 12.5 puntos y 3 asistencias en los dos encuentros jugados en Denver, con victoria para los Wolves, en las victorias ha subido hasta los 21.2 puntos y 6.5 asistencias. Y es que el canadiense es esencial si los Nuggets quieren pisar de nuevo, al menos, las finales del Oeste.

El factor Gordon

Si hay alguien que sobresalió en el cuarto partido, el que puso la igualada, ese fue Aaron Gordon. El ex de los Orlando Magic firmó su mejor partido en un play off al firmar 27 puntos con un solo tiro fallado de todos los que lanzó. 27 puntos con una carta de tiro de 11 de 12 en tiros de campo, con 2 de 2 en triples y 3 de 3 en tiros libres. A ello se le unió que su equipo ganó de 9 el tiempo que estuvo.

Tiene Mike Malone una rotación corta y por ello se tiene que apoyar en su quinteto. Gordon fue tan importante que fue el jugador que más tiempo estuvo sobre el parquet del cuarto partido. Capaz de defender a los exteriores y a los interiores, él mismo ha confesado que ha aprendido mucho de Nikola Jokic a la hora de interpretar el juego en defensa, pero sobre todo en ataque.

Reponerse a la adversidad

Los Minnesota Timberwolves estaban muy felices después de asaltar en dos ocasiones consecutivas el Ball Arena. Ganando al menos dos de los tres encuentros en su casa, se metían en las finales de la Conferencia Oeste por primera vez en 20 años. Pero lo que no esperaban era que los Nuggets pudiesen dar la vuelta a la eliminatoria y plantarse con el 2-2 de vuelta a Denver.

Tiene que recuperar la franquicia de Minneapolis la solidez defensiva que ha mostrado a lo largo del curso. Curiosamente, los dos encuentros que ha ganado en la eliminatoria lo ha hecho dejando a los vigentes campeones en menos de 100 puntos (99 en el primero, 80 en el segundo). Y cuando ha perdido, los Nuggets han superado con claridad la barrera de las tres cifras (117 en el tercero, 115 en el cuarto). Y es que desde la defensa nace la necesidad de los Timberwolves de poder estar en la penúltima ronda de la NBA.

Si tenemos que hablar de alguien en estos Minnesota Timberwolves, ese es Anthony Edwards. Algunos ya lo comparan con Michael Jordan por sus movimientos, pero aún le queda mucho al exterior para estar a la altura de MJ23. Mientras tanto, sigue dando pasos hacia adelante tanto en ataque, promediando 33.25 puntos entre los 4 partidos disputados -ha superado los 40 en dos de ellos-, como en defensa, encargándose de las estrellas exteriores de los Denver Nuggets.

Por detrás, en la zona, tiene a las torres más altas de la NBA. Mientras Karl-Anthony Towns pone los puntos, su contrapeso es un Rudy Gobert que se ha ganado por derecho propio el premio a mejor defensor de toda la NBA. El francés, que se perdió uno de los encuentros en Denver por su paternidad, promedia más de un tapón por encuentro en los choques en los que ha jugado. Eso sí, tiene que tener cuidado con las faltas personales si quiere llegar vivo a los finales de partido.

Así pues, los Minnesota Timberwolves tendrán que volver a remangarse los pantalones y defender si quieren asaltar de nuevo el Ball Arena en busca de la tercera victoria en la eliminatoria… para sentenciar en su casa, donde todavía no han ganado a los Nuggets en esta postemporada.